La incapacidad permanente es una prestación económica que otorga la Seguridad Social a aquellas personas que se encuentran en una situación de invalidez que les impide trabajar de forma total o parcial. Obtener esta incapacidad puede suponer un alivio económico importante para aquellos que se ven afectados por enfermedades o lesiones graves que les impiden realizar su trabajo habitual. En este artículo exploraremos los requisitos y pasos necesarios para conseguir la incapacidad permanente, así como algunos consejos para aumentar las posibilidades de obtención.
Para poder acceder a la incapacidad permanente, es necesario cumplir una serie de requisitos establecidos por la Seguridad Social. En primer lugar, es necesario estar afiliado y en situación de alta en el régimen correspondiente al momento en el que se produce la contingencia que da lugar a la incapacidad. También es necesario haber cotizado un mínimo de 1.800 días en los últimos 10 años anteriores a la fecha en la que se produce la incapacidad, o 15 años a lo largo de toda la vida laboral.
La presentación de la solicitud es el primer paso para obtener la incapacidad permanente. Esta debe realizarse ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o ante el Instituto Social de la Marina (ISM), dependiendo de la actividad laboral realizada. Es importante recopilar toda la documentación médica que respalde la incapacidad, como informes médicos, pruebas diagnósticas y tratamientos realizados. Además, es posible que se requiera un reconocimiento médico por parte del equipo de valoración de incapacidades (EVI).
¿Cómo se evalúa la incapacidad?
La valoración de la incapacidad se realiza en base a los informes médicos presentados y al reconocimiento médico llevado a cabo por el EVI. Este equipo evalúa las limitaciones funcionales que presenta el solicitante y determina si estas le impiden realizar su trabajo habitual o cualquier otro tipo de actividad laboral. Para ello, se tienen en cuenta tanto las limitaciones físicas como las psíquicas. Es importante destacar que no solamente se tiene en cuenta la enfermedad o lesión en sí, sino también cómo esta afecta a la capacidad de trabajar.
El EVI emite un informe en el que se indica el grado de incapacidad del solicitante. Este puede ser de diferentes tipos: parcial, total para la profesión habitual, total para toda actividad laboral o gran invalidez. El tipo de incapacidad concedida determinará la cuantía de la prestación económica y los derechos asociados a la misma.
Es importante mencionar que la resolución de la incapacidad puede no ser favorable en una primera instancia. En caso de recibir una resolución desfavorable, existe la posibilidad de interponer un recurso de revisión para que se reconsidere el caso. En este recurso, es necesario aportar nuevos informes médicos que respalden la incapacidad o alegar que se han producido cambios en la salud desde la presentación inicial de la solicitud.
Consejos para aumentar las posibilidades de obtener la incapacidad permanente
A continuación, se presentan algunos consejos que pueden ayudar a aumentar las posibilidades de obtener la incapacidad permanente:
1. Recopilar toda la documentación médica: Es fundamental contar con todos los informes médicos, pruebas diagnósticas y tratamientos realizados que respalden la incapacidad. Cuanta más información médica se aporte, más fácil será demostrar que se cumplen los requisitos establecidos.
2. Seguir los tratamientos indicados: Es importante seguir al pie de la letra los tratamientos indicados por los profesionales de la salud. Esto demuestra que se está tomando en serio el cuidado de la salud y que se está buscando mejorar la situación.
3. Solicitar informes médicos complementarios: En caso de que los informes médicos presentados no sean suficientes o no aporten toda la información necesaria, es recomendable solicitar informes complementarios a los especialistas correspondientes.
4. Contar con el apoyo de un abogado especializado: En ocasiones, puede ser conveniente contar con el asesoramiento y la representación de un abogado especializado en derecho laboral y de la seguridad social. Un profesional con experiencia en este ámbito puede ayudar a preparar la documentación necesaria, asesorar en los trámites a seguir y representar al solicitante en caso de recursos o reclamaciones.
En conclusión, obtener la incapacidad permanente puede suponer un alivio económico importante para aquellas personas que se encuentran en una situación de invalidez que les impide trabajar. Para conseguir esta prestación, es necesario cumplir una serie de requisitos y seguir los trámites establecidos por la Seguridad Social. Siguiendo algunos consejos y contando con el apoyo de profesionales especializados, se pueden aumentar las posibilidades de obtener la incapacidad permanente y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.